España enfrenta aumento de presión fiscal y posible subida de 39.000 millones

El impacto de la presión fiscal en la economía española

El Instituto de Estudios Económicos ha analizado el impacto de la presión fiscal en la economía española y ha revelado datos preocupantes. Según su último informe, la carga impositiva en España ha aumentado significativamente en las últimas décadas, lo que está afectando negativamente a la renta de los ciudadanos.

Desde el Instituto de Estudios Económicos se destaca que, a una renta salarial media de 34.989 euros anuales, los trabajadores españoles deben hacer frente a importantes descuentos. En concreto, se deben descontar 8.157 euros de cotizaciones a cargo de la empresa, 1.731 euros de contribuciones a nombre del trabajador, un IRPF de 3.860 euros y un gasto acumulado por IVA de 1.450 euros.

El peso de los impuestos sobre el Producto Interior Bruto (PIB) español ha experimentado un incremento del 32% al 38% desde 1995, siendo el 60% de este aumento registrado durante el mandato del Gobierno de Pedro Sánchez. Esta situación plantea un escenario preocupante en el que la carga fiscal sigue en aumento.

A pesar de que España se sitúa ligeramente por debajo del promedio comunitario en cuanto a presión fiscal, con una diferencia de menos de 3 puntos de PIB, el Instituto de Estudios Económicos advierte que esto no significa que los ciudadanos paguen menos impuestos en el país. La estructura fiscal de España se caracteriza por gravar más el capital y el trabajo en comparación con el resto de la Unión Europea.

Según los cálculos del Instituto, armonizar la presión fiscal de España con la media observada en la UE implicaría una subida impositiva de 39.000 millones de euros. Esto se traduciría en que cada hogar debería pagar 2.082 euros más en impuestos, lo que supondría un impacto significativo en la economía familiar.

En comparación con otros países europeos, como Alemania, donde la presión fiscal es un 10% mayor pero la renta de los ciudadanos es un 45% más alta, se evidencia la necesidad de relacionar la carga impositiva con los niveles de renta de cada país. Si se equilibrara el peso de los impuestos sobre el PIB con los niveles de renta observados en España, la fiscalidad se reduciría en 15.000 millones y las familias pagarían 815 euros menos cada año.