El Banco de España ha elevado sus proyecciones de crecimiento del PIB para 2025 al 2,9%, destacando la resiliencia económica. Se espera que la demanda interna y la formación bruta de capital impulsen el crecimiento, aunque la inflación y el déficit también aumenten. Se prevén riesgos y desafíos futuros.
La economía española creció un 0,6% en el tercer trimestre de 2023, impulsada por la demanda interna y la inversión, a pesar de una desaceleración en las exportaciones. El consumo y el gasto público también contribuyeron al crecimiento, aunque la incertidumbre internacional plantea retos futuros.
En noviembre, la confianza del consumidor en España cayó 2,7 puntos, alcanzando 76. Factores como la valoración negativa de la situación actual y las expectativas futuras contribuyen a este descenso. La preocupación por la inflación y los tipos de interés también afecta el comportamiento de gasto, impactando el crecimiento económico.
El Banco de España, liderado por José Luis Escrivá, prevé un crecimiento optimista del PIB, revisando al alza sus proyecciones para 2025 a un 2,6%. Sin embargo, también destaca la urgencia de abordar la crisis de la vivienda mediante una coordinación efectiva entre administraciones para garantizar acceso a vivienda asequible.
La inflación interanual en la eurozona se mantuvo estable en noviembre en un 2,1%, cerca del objetivo del BCE. La inflación en la UE fue del 2,4%. Las variaciones regionales son significativas, con España en un 3,2%. Se espera que el BCE evalúe políticas monetarias en su próxima reunión.
La deuda pública española ha superado los 1,7 billones de euros, alcanzando el 103,2% del PIB. Aunque ha disminuido ligeramente respecto al trimestre anterior, el aumento plantea desafíos económicos. El Gobierno planea reducirla al 101,7% para 2025, pero la sostenibilidad fiscal sigue siendo una preocupación clave.