Propuesta

ELA propone salario mínimo de 1.795 euros en Euskadi y Navarra

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El Salario Mínimo Interprofesional en el País Vasco y Navarra: Una Propuesta Ambiciosa de ELA

En un contexto económico donde la desigualdad y la precariedad laboral son temas recurrentes, el sindicato ELA ha dado un paso significativo al proponer un nuevo Salario Mínimo Interprofesional (SMI) para el País Vasco y Navarra. Esta iniciativa, que busca establecer un SMI del 65% del PIB nominal per cápita, se traduce en un salario mensual de 1.795 euros brutos, distribuidos en 14 pagas. Esta propuesta no solo busca mejorar la calidad de vida de los trabajadores, sino que también se enmarca dentro de un concepto más amplio de soberanismo social.

La Presentación de la Propuesta

El secretario general de ELA, Mitxel Lakuntza, presentó la propuesta en una reciente comparecencia en Bilbao, acompañado por Roser Espelt, miembro del Gabinete de Estudios del sindicato. Durante su intervención, Lakuntza subrayó que esta iniciativa es el resultado de un trabajo de año y medio y que tiene como objetivo repartir más justamente la riqueza generada en la sociedad. Según ELA, alrededor de 300.000 trabajadores se beneficiarían de este aumento, lo que podría tener un impacto positivo en la recaudación de las haciendas vascas y navarras.

Un Salario Insuficiente

Uno de los argumentos más contundentes de ELA es que el salario mínimo impuesto por el Estado español es insuficiente para vivir dignamente. Según el sindicato, la última Encuesta de Pobreza y Desigualdades Sociales del Gobierno Vasco indica que una persona necesita al menos 1.654 euros brutos mensuales para no sufrir "ausencia de bienestar". Esto pone de manifiesto que el SMI actual está muy por debajo de lo que se considera un umbral de vida digno.

Un Nuevo Cálculo del SMI

ELA propone cambiar la fórmula actual de cálculo del SMI, que se basa en la comparación entre salarios. Este método, según el sindicato, deja fuera de la ecuación los beneficios empresariales y otros recursos que deberían incluirse en el reparto de la riqueza. La idea es utilizar el PIB nominal per cápita como base para calcular el SMI, asegurando que cada trabajador reciba un porcentaje justo del valor generado por la sociedad. Esta propuesta se alinea con los modelos de países como Bélgica y Alemania, donde el SMI es más alto y se considera un indicador de bienestar social.

Beneficios para Sectores Precarios

El nuevo SMI propuesto por ELA no solo busca beneficiar a los trabajadores en general, sino que se enfoca especialmente en aquellos que se encuentran en sectores más precarios, como los servicios y los cuidados. Esta medida podría ayudar a reducir la brecha salarial existente entre hombres y mujeres, así como entre trabajadores autóctonos y migrantes. Al garantizar un ingreso más justo, se espera que se fomente una mayor equidad en el acceso a recursos y oportunidades laborales.

Impacto en las Empresas

Un estudio realizado por ELA revela que, considerando la estructura de gastos de las empresas en 2023, aproximadamente 67,71% de las compañías no se verían afectadas negativamente por la subida del SMI. La mayoría de estas empresas pertenecen al sector industrial, que es el que más invierte y exporta en la región. Esto sugiere que un aumento en el SMI no limitaría la capacidad de innovación y desarrollo de la economía vasca, sino que podría incluso contribuir a un entorno laboral más saludable y productivo.

El Camino hacia la Iniciativa Legislativa Popular (ILP)

Ante las dificultades para alcanzar un acuerdo interprofesional con la patronal, ELA ha decidido impulsar una Iniciativa Legislativa Popular (ILP) para solicitar a los parlamentos vasco y navarro que exijan la transferencia de competencias necesarias para establecer un SMI propio en Euskal Herria. Lakuntza enfatiza que se requieren dos mayorías: una en los parlamentos autonómicos y otra en el Congreso. Esta estrategia pone de relieve la importancia de la participación política en la defensa de los derechos laborales y el bienestar social.

Interpelación a los Partidos Políticos

ELA no solo busca el apoyo de la patronal, sino que también está llamando a los partidos políticos a asumir su responsabilidad en esta cuestión. Lakuntza ha instado a formaciones como el PNV y EH Bildu a incluir esta propuesta en su agenda política, argumentando que aquellos que defienden el ámbito vasco de decisión tienen la obligación de apoyar una iniciativa que está intrínsecamente relacionada con la soberanía y el autogobierno de la región.

Un Acto de Soberanismo Social

Lakuntza considera que esta propuesta no es simplemente una demanda más, sino que representa un ejercicio de soberanismo social que busca establecer un marco propio de protección social en el País Vasco y Navarra. La propuesta será presentada a los militantes de ELA en un acto programado para el 24 de octubre en La Casilla, Bilbao, donde se pretende trasladar la importancia de esta iniciativa a los centros de trabajo.

Críticas y Desafíos

El consejero de Economía, Trabajo y Empleo, Mikel Torres, ha expresado su interés en impulsar un salario mínimo propio, pero Lakuntza ha criticado que esta propuesta no se alinee con las mesas de diálogo social. ELA también ha denunciado la deslealtad de LAB al presentar una propuesta de SMI de 1.600 euros en un momento en que ambos sindicatos estaban trabajando juntos en este tema. Esta situación pone de manifiesto la complejidad de las dinámicas sindicales y las diferencias en las estrategias de reivindicación.

La Importancia del Debate Social

El debate sobre el SMI en el País Vasco y Navarra es un tema que no solo afecta a los trabajadores, sino que también tiene implicaciones sociales y económicas más amplias. La propuesta de ELA podría ser un punto de inflexión en la lucha por una mayor equidad y justicia social en la región. La capacidad de los sindicatos para movilizar a los trabajadores y presionar a los políticos será crucial en los próximos meses, a medida que se avanza en la tramitación de la ILP y se busca el apoyo de la ciudadanía.

El camino hacia un salario mínimo más justo está lleno de retos, pero la determinación de ELA y el respaldo de la comunidad laboral podrían hacer posible un cambio significativo en la realidad económica de muchas personas en el País Vasco y Navarra.


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