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Telefónica sufre caída en bolsa tras nuevo plan estratégico

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Telefónica enfrenta una caída significativa en bolsa tras su nuevo plan estratégico

La situación actual de Telefónica ha generado preocupación entre los inversores, quienes han visto cómo la cotización de la empresa ha cerrado en 'números rojos' durante dos jornadas consecutivas. Tras la presentación de su nuevo plan estratégico, la compañía ha visto cómo sus acciones se han situado en 3,626 euros, lo que representa una caída del 2,76%. Este descenso ha llevado a una pérdida de capitalización bursátil cercana a los 3.800 millones de euros desde que se reveló su hoja de ruta para el periodo 2026-2030.

Desplome en la cotización de Telefónica

A lo largo de la jornada del miércoles, los títulos de Telefónica lograron recuperar parte del terreno perdido, aunque la cotización llegó a experimentar una caída de más del 4%. Este comportamiento ha sido parte de una tendencia más amplia, ya que la compañía acumula una caída del 17,35% en lo que va de semana. La jornada del martes fue especialmente dura, con un desplome del 13,12%, el mayor golpe bursátil que ha sufrido la teleco desde marzo de 2020, un periodo marcado por la pandemia del coronavirus.

La capitalización de Telefónica al cierre del mercado del miércoles se situó en 20.560 millones de euros, una cifra que contrasta con los 24.336 millones de euros que tenía al final de la sesión del lunes, justo antes de presentar su nueva hoja de ruta. Este drástico cambio ha generado inquietud entre los accionistas, que ven cómo la empresa se enfrenta a un escenario complicado.

Impacto del recorte de dividendos en la cotización

Uno de los factores que ha influido de manera significativa en la penalización del desempeño bursátil de Telefónica es la decisión de reducir a la mitad el dividendo con cargo a los resultados de 2026. Esta medida ha sido considerada como uno de los elementos clave que han llevado a la caída de la acción. En lo que va de año, la teleco ha cedido un 7,9% en bolsa y ha registrado siete sesiones consecutivas en 'rojo'.

La retribución a los accionistas para los años 2027 y 2028 estará vinculada al rendimiento de la compañía, con un rango que se situará entre el 40% y el 60% del flujo de caja libre. Esta estrategia ha generado dudas entre los inversores, quienes se preguntan si la empresa podrá cumplir con sus objetivos a largo plazo.

La decisión de recortar el dividendo ha sido difícil de explicar, pero necesaria para la sostenibilidad futura de la empresa.

Declaraciones del presidente de Telefónica

Marc Murtra, presidente de Telefónica, ha defendido la necesidad de tomar decisiones difíciles, reconociendo que algunas de ellas son complicadas de entender. Durante su intervención, Murtra afirmó: "Nosotros sabemos que hemos de tomar decisiones difíciles [...] aquellas que son difíciles de explicar o difíciles de entender". También enfatizó la importancia de centrarse en la generación de valor y en los fundamentos de la empresa, a pesar de que los mercados pueden reaccionar de manera ruidosa y a veces impredecible.

El presidente de Telefónica se mostró optimista respecto a que, una vez que los fundamentos de la empresa se consoliden y se demuestre su capacidad para implementarlos, "el mercado, cuando toque y de la manera que toque" les "seguirá". Este enfoque en la generación de valor a largo plazo es fundamental para recuperar la confianza de los inversores.

Proyecciones de crecimiento y ajustes operativos

El nuevo plan estratégico de Telefónica prevé un crecimiento anual compuesto de ingresos, resultado bruto de explotación (EBITDA) ajustado y caja operativa de entre el 1,5% y el 2,5% para el periodo 2026-2028, y de entre el 2,5% y el 3,5% desde entonces hasta 2030. Estas proyecciones han sido recibidas con escepticismo por parte de algunos analistas, quienes cuestionan si la empresa podrá cumplir con estas metas en un entorno económico tan volátil.

Además, aunque el plan no menciona operaciones de consolidación concretas, Telefónica ha indicado que está abierta a realizar compras en Europa. En caso de que surja una opción "relevante", la compañía podría considerar una ampliación de capital para financiar estas adquisiciones. Este enfoque sugiere que Telefónica está dispuesta a adaptarse a las circunstancias del mercado y a buscar oportunidades que fortalezcan su posición en el sector.

Posibilidad de un expediente de regulación de empleo (ERE)

Por otro lado, la empresa ha insinuado la posibilidad de llevar a cabo un expediente de regulación de empleo (ERE). Esta situación ya ha sido contemplada por los sindicatos, que, aunque no han recibido comunicación oficial por parte de la compañía, anticipan que el anuncio podría producirse este mes, una vez que se resuelvan las elecciones sindicales pendientes en Telefónica. Esta incertidumbre añade una capa adicional de preocupación para los empleados y los accionistas de la empresa.

La posibilidad de un ERE ha generado inquietud entre los trabajadores y sus representantes, que temen por el futuro laboral de muchos empleados.

Ahorros de costes y reestructuración

Los planes de Telefónica también incluyen la ambiciosa meta de conseguir ahorros de costes de hasta 2.300 millones de euros para 2028 y de 3.000 millones de euros para 2030. Este enfoque en la reducción de costes es fundamental para mejorar la rentabilidad de la empresa y para hacer frente a los desafíos del mercado. Sin embargo, la implementación de estas medidas podría tener un impacto significativo en la estructura organizativa de la compañía y en el empleo.

La reestructuración de la empresa es un tema delicado, ya que cualquier decisión que afecte al personal puede generar tensiones y descontento entre los empleados. La dirección de Telefónica deberá gestionar con cuidado este proceso para evitar conflictos laborales y mantener la moral de los trabajadores.

Reacción del mercado y futuro incierto

La reacción del mercado ante el nuevo plan estratégico de Telefónica ha sido negativa, reflejando la incertidumbre que rodea a la empresa en este momento crítico. Los inversores están atentos a cómo se desarrollarán los próximos meses y si la compañía podrá cumplir con sus proyecciones de crecimiento y ahorro de costes. La volatilidad en la cotización de las acciones de Telefónica es un indicador de la falta de confianza en la capacidad de la empresa para navegar por un entorno económico desafiante.

A medida que Telefónica avanza en la implementación de su plan estratégico, será crucial que la dirección mantenga una comunicación clara y transparente con los accionistas y empleados. La confianza en la gestión de la empresa será fundamental para recuperar la estabilidad en el mercado y fomentar un entorno de trabajo positivo para todos los involucrados.

En resumen, la situación actual de Telefónica es un reflejo de los retos que enfrenta en un mercado en constante evolución. La capacidad de la empresa para adaptarse a estos cambios y tomar decisiones estratégicas acertadas será determinante para su futuro. Con un enfoque en la generación de valor y la sostenibilidad, Telefónica deberá demostrar que puede superar los obstáculos que se le presentan y recuperar la confianza de sus inversores y empleados.


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