Tragedia

Aumenta la violencia vicaria en España, diez menores asesinados

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Violencia Vicaria: Un Lamento Silencioso en la Sociedad Española

La violencia vicaria es un fenómeno que ha cobrado una alarmante relevancia en los últimos años, y 2024 se ha convertido en un año trágico en este sentido. Con un récord de diez menores asesinados en apenas ocho meses, este año se sitúa como el más oscuro desde que se comenzó a contabilizar en 2013. La noticia del asesinato de una menor de 17 años en Otero, Toledo, presuntamente a manos de la pareja de su madre, ha sacudido a la sociedad y ha puesto de manifiesto la urgencia de abordar esta problemática desde múltiples frentes.

El Impacto de la Violencia Vicaria en la Infancia

La violencia vicaria se define como aquella que se ejerce sobre los hijos e hijas de una mujer con el objetivo de hacerle daño a ella. En este contexto, es desgarrador observar que, de los diez menores asesinados en 2024, cuatro de ellos estaban vinculados a denuncias previas de violencia de género. Esto plantea una pregunta inquietante: ¿por qué, a pesar de las medidas de protección, estos menores no lograron escapar de una tragedia tan evitable?

Los datos revelan que, en total, desde 2013, se han contabilizado 63 menores asesinados por violencia vicaria. Esta cifra no solo es alarmante, sino que también es un recordatorio de que la violencia machista no solo afecta a las mujeres, sino que sus efectos devastadores se extienden a las generaciones más jóvenes, quienes son testigos y, en ocasiones, víctimas de esta espiral de violencia.

Geografía de la Violencia: Un Análisis Regional

Al analizar los casos de 2024, se observa que cinco de los menores asesinados eran de Cataluña, tres de Castilla-La Mancha y dos de Andalucía. Esta distribución geográfica pone de relieve que la violencia vicaria no es un problema exclusivo de una región, sino que se manifiesta en diferentes comunidades autónomas. La falta de un enfoque integral y coordinado para abordar esta cuestión puede estar contribuyendo a que estos casos sigan aumentando.

La edad de las víctimas también es un aspecto que no se puede pasar por alto. Desde bebés de apenas uno o dos años hasta adolescentes de 17, el espectro de edad es amplio y demuestra que la violencia vicaria no discrimina. Cuatro de los menores asesinados en 2024 tenían entre siete y ocho años, lo que sugiere que la violencia puede estar normalizándose en las dinámicas familiares, afectando de manera irreversible a la infancia.

El Rol de las Instituciones y la Sociedad

La respuesta institucional a esta crisis ha sido objeto de debate. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha hecho un llamado a la unidad para erradicar la violencia machista, condenando el asesinato de la joven de 17 años. Sin embargo, la pregunta que queda en el aire es si estas declaraciones se traducen en acciones efectivas que garanticen la seguridad de las mujeres y los menores.

La ministra de Igualdad, Ana Redondo, también ha alzado la voz, pidiendo un cese del machismo que causa estragos en la vida de tantas personas. Sus declaraciones resaltan la necesidad de parar esta violencia que afecta no solo a las mujeres, sino también a los menores que quedan atrapados en esta red de sufrimiento. La implicación de las autoridades es crucial, pero también lo es la participación activa de la sociedad en la lucha contra este tipo de violencia.

El Papel de la Prevención y la Educación

Es fundamental que se implementen políticas de prevención que aborden la raíz del problema. La educación en igualdad desde una edad temprana puede ser una herramienta poderosa para desmantelar las estructuras de poder que perpetúan la violencia de género. Iniciativas en las escuelas que fomenten el respeto, la empatía y la resolución pacífica de conflictos pueden contribuir a crear una cultura que rechace la violencia en todas sus formas.

El sistema VioGén, que actualmente tiene detectados 1.643 casos de violencia de género con menores expuestos a sufrir violencia vicaria, debe ser reforzado. La identificación temprana de casos de riesgo extremo o alto es esencial para implementar medidas de protección adecuadas y evitar tragedias como las que hemos presenciado en 2024.

Un Llamado a la Acción Colectiva

La lucha contra la violencia vicaria no puede recaer únicamente en las instituciones; es una responsabilidad compartida que requiere la colaboración de toda la sociedad. Desde las familias hasta las comunidades, cada uno de nosotros tiene un papel que desempeñar en la creación de un entorno seguro para las mujeres y los menores.

Es imperativo que se fomente un diálogo abierto sobre la violencia de género y sus manifestaciones más crueles, como la violencia vicaria. La sensibilización y la educación son herramientas clave para combatir esta lacra social y para asegurar que las voces de las víctimas sean escuchadas y atendidas. La unidad en la lucha contra la violencia machista es más necesaria que nunca; solo así podremos aspirar a un futuro en el que cada menor crezca en un entorno libre de miedo y violencia.


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