El BCE implementa inteligencia artificial para optimizar procesos y evaluar resiliencia cibernética

El BCE apuesta por la inteligencia artificial para optimizar sus procesos

El Banco Central Europeo (BCE) ha dado un paso adelante en la integración de la inteligencia artificial en sus labores diarias, con el objetivo de reducir la carga de tareas rutinarias sobre sus profesionales. La presidenta del Consejo de Supervisión del BCE, Claudia Buch, ha confirmado en una entrevista con 'Financial Times' que están utilizando herramientas de IA para sintetizar y clasificar información, liberando así tiempo para el personal encargado de estas funciones.

En este sentido, Buch ha destacado que el uso de la inteligencia artificial se limita a labores preparatorias y no sustituye el juicio humano en decisiones críticas. Aunque la IA puede resultar extremadamente eficiente en el procesamiento de solicitudes de expedientes de crédito, la presidenta del BCE advierte sobre la importancia de evitar sesgos en los datos para evitar juicios discriminatorios.

Por otro lado, el BCE se encuentra inmerso en su primera evaluación de estrés cibernético de la banca, cuyos resultados se conocerán a mediados de año. Claudia Buch ha señalado que se están realizando cuestionarios para evaluar la preparación de las entidades ante posibles eventos adversos de estrés cibernético.

En este contexto, Buch destaca la importancia de la resiliencia operativa de las entidades financieras frente a ciberataques, que han ido en aumento en los últimos años. La presidenta del MUS advierte sobre los riesgos asociados a la subcontratación de servicios tecnológicos, planteando la posibilidad de un factor de riesgo sistémico si un proveedor trabaja con múltiples bancos.

En este sentido, la Ley de Resiliencia de Operaciones Digitales (DORA) se presenta como una herramienta para supervisar de manera más efectiva a los proveedores de servicios. El BCE está trabajando en estrecha colaboración con los bancos para comprender y evaluar el uso de la inteligencia artificial, asegurando que no se utilicen herramientas de forma ciega que puedan llevar a decisiones y riesgos no deseados.

En conclusión, la integración de la inteligencia artificial en el BCE representa un avance en la optimización de procesos y la preparación ante posibles ciberataques, aunque es fundamental garantizar la transparencia y la ética en el uso de esta tecnología para evitar consecuencias no deseadas en el sector financiero.