Apagón en España y Portugal expone vulnerabilidades energéticas críticas

La Vulnerabilidad Energética de los Mercados Desarrollados: Un Análisis Tras el Apagón en la Península Ibérica

El reciente apagón que afectó a España y Portugal en abril de 2025 ha puesto de manifiesto la fragilidad de los sistemas energéticos, incluso en economías avanzadas. Este evento ha sido analizado en un informe del Foro Económico Mundial (WEF) en colaboración con Accenture, que destaca la necesidad urgente de abordar la resiliencia energética en un contexto global marcado por tensiones geopolíticas y la creciente demanda de energía.

La inestabilidad de la red no solo afecta a países en desarrollo, sino que también pone en jaque a las naciones más avanzadas, revelando un problema estructural que requiere atención inmediata.

Avances en la Transición Energética: Un Progreso Acelerado pero Incompleto

A pesar de los desafíos, el informe señala que el progreso hacia una energía más segura, equitativa y sostenible está en marcha. Tras años de avances limitados, se ha observado un aumento significativo en la puntuación de transición energética de 118 países, con un 65% de ellos mejorando su rendimiento en 2025. Este avance se traduce en un incremento del 28% en las dimensiones clave de seguridad, sostenibilidad y equidad.

La mejora interanual del índice de transición energética, que alcanzó un 1,1%, es la más alta desde antes de la pandemia de COVID-19. Este progreso ha sido impulsado principalmente por la estabilidad de los precios de la energía y la reducción de subsidios, lo que ha favorecido la equidad en el acceso a la energía. Sin embargo, la sostenibilidad ha visto un impulso gracias a la adopción de energías renovables y mejoras en la eficiencia energética.

Desafíos Persistentes en Seguridad Energética

A pesar de estos avances, la seguridad energética se ha estancado, evidenciando la inflexibilidad de los sistemas actuales. La dependencia de las importaciones y la falta de diversificación en las fuentes de energía siguen siendo problemas críticos. Este estancamiento es alarmante, especialmente en un momento en que la demanda de energía sigue aumentando, impulsada por el crecimiento de sectores como el de la inteligencia artificial y los centros de datos.

El informe recalca la necesidad de redefinir el concepto de seguridad energética. Ya no se trata únicamente de asegurar el suministro, sino de construir una red resiliente capaz de adaptarse a las interrupciones y a las demandas cambiantes. En este sentido, se hace un llamado a corregir los desequilibrios de capital, especialmente en las economías emergentes, y a solucionar los cuellos de botella en la infraestructura energética.

La resiliencia de la red se convierte en un pilar fundamental para garantizar la continuidad del suministro energético, especialmente en un contexto de creciente demanda digital.

Liderazgo en la Transición Energética: Los Países Más Destacados

El informe del WEF también ofrece un análisis comparativo de los sistemas energéticos a nivel global. Suecia, Finlandia y Dinamarca se destacan como líderes en el índice de transición energética, gracias a su compromiso político sostenido, una infraestructura robusta y la diversificación de sus sistemas energéticos hacia fuentes de bajas emisiones de carbono. Estos países han demostrado que un enfoque integral puede llevar a resultados positivos en la transición energética.

Noruega y Suiza completan el top 5, beneficiándose de sus esfuerzos renovados en la transición energética. Otros países como Austria, Letonia y los Países Bajos también han mostrado un rendimiento notable, especialmente en términos de equidad y flujos de capital hacia energías renovables.

En América Latina, Brasil se posiciona como un líder en diversificación energética, ocupando el puesto 15 en el índice global. Su enfoque en el uso de energías renovables y la reducción de costos energéticos son ejemplos a seguir para otras naciones de la región. Por su parte, China ha alcanzado el puesto 12, marcando su primera aparición entre los 20 primeros.

La Necesidad de Inversiones Estratégicas en Infraestructura

El informe destaca que, para mantener el impulso de la transición energética, es esencial realizar inversiones estratégicas en infraestructura. La falta de inversión en almacenamiento, transmisión y comercio de energía podría agravar la brecha de seguridad en el suministro. Se recomienda a los países que enfoquen sus esfuerzos en la construcción de infraestructuras flexibles y en la cooperación regional, lo que no solo fortalecería sus redes, sino que también facilitaría el acceso a tecnologías críticas.

La resiliencia energética debe ser una prioridad, no solo para mitigar los efectos de eventos como el apagón en la península ibérica, sino también para adaptarse a un futuro donde la demanda de energía seguirá creciendo. La capacidad de adaptación de un sistema energético se convierte en un factor determinante para su éxito.

Tensiones Geopolíticas y su Impacto en la Energía

La escalada de tensiones geopolíticas también representa un desafío significativo para la transición energética. Las fricciones comerciales y el cambio en las alianzas pueden afectar la estabilidad de los mercados energéticos. En este contexto, la seguridad energética se convierte en una prioridad central, ya que la demanda de energía sigue aumentando y las inversiones en energías limpias podrían verse desplazadas por la necesidad de satisfacer demandas inmediatas.

La rápida expansión de los centros de datos impulsados por la inteligencia artificial está sobrecargando las redes existentes, lo que requiere una atención especial en términos de infraestructura y capacidad de respuesta. La interconexión entre la tecnología y la energía se vuelve más crítica que nunca, y los países deben estar preparados para afrontar estos retos.

Recomendaciones para un Futuro Energético Sostenible

Para avanzar hacia un futuro energético más sostenible, el informe sugiere varias recomendaciones clave. En primer lugar, se debe invertir en infraestructura flexible que permita adaptarse a las fluctuaciones en la demanda y a los cambios en el suministro. Además, la fabricación local y la cooperación regional son esenciales para garantizar un acceso equitativo a tecnologías y materiales críticos.

La educación y el desarrollo del capital humano son igualmente importantes. Fomentar una cultura de innovación y sostenibilidad en el ámbito energético no solo ayudará a mitigar los riesgos actuales, sino que también preparará a las futuras generaciones para enfrentar los desafíos energéticos que vendrán.

La combinación de inversión estratégica, innovación y cooperación internacional será crucial para garantizar una transición energética exitosa y resiliente.

La Ruta Hacia una Energía Resiliente y Sostenible

En resumen, el apagón en España y Portugal ha puesto de relieve la vulnerabilidad de los sistemas energéticos, incluso en mercados desarrollados. A pesar de los avances en la transición energética, persisten desafíos significativos que requieren atención urgente. La redefinición de la seguridad energética, la inversión en infraestructura y la cooperación internacional son pasos fundamentales para construir un futuro energético resiliente y sostenible.