España femenina de balonmano dice adiós a París 2024
La despedida amarga de las Guerreras en París 2024
La selección española femenina de balonmano ha vivido un torneo olímpico en París que, sin duda, quedará en la memoria de sus aficionados como un periodo de frustración y desilusión. Con la eliminación matemática ya confirmada, las Guerreras se despidieron de los Juegos Olímpicos con una nueva derrota ante la anfitriona, Francia, con un marcador de 24-32. Este resultado no solo refleja el fin de su participación en el torneo, sino también las carencias que han marcado su desempeño en esta cita tan importante.
Un torneo marcado por la falta de efectividad
Desde el inicio del torneo, el equipo dirigido por Ambros Martín mostró una fragilidad defensiva alarmante. En el partido contra Francia, esta debilidad fue evidente desde los primeros minutos. España apenas logró anotar un gol en los primeros ocho minutos del encuentro, lo que permitió a las francesas establecer un control casi total sobre el juego. La defensa española, incapaz de frenar los ataques rivales, dejó espacios que fueron rápidamente aprovechados por jugadoras como Flippes y Horacek, quienes marcaron la pauta desde el principio.
A pesar de algunos destellos de mejora, especialmente con la aparición de Lysa Tchaptchet y Kaba Gassama en el pivote, la sensación general fue que las Guerreras no lograron encontrar su ritmo. La falta de fluidez en sus ataques y el escaso acierto en los lanzamientos resultaron ser factores determinantes que las llevaron a despedirse del torneo sin conseguir una victoria.
Un encuentro que se fue complicando
A medida que avanzaba el partido, la situación se tornaba cada vez más complicada para España. Las francesas, aunque no estaban en su mejor versión, lograban mantener una ventaja cómoda en el marcador. La defensa española, que ya había mostrado signos de debilidad, se vio aún más afectada por las exclusiones de Marta López y María Prieto, lo que permitió a Francia aprovechar la situación y aumentar su ventaja a once goles en ciertos momentos del encuentro.
La portería, defendida por Silvia Arderius y Merche Castellanos, no pudo contener el torrente de goles que venía de las jugadoras galas. A pesar de algunos momentos destacados, como una parada crucial de Castellanos, el equipo español se encontraba en una situación crítica al llegar al descanso con un marcador de 9-17.
Un segundo tiempo sin reacción
El segundo tiempo comenzó con una leve mejora en el rendimiento de las Guerreras, quienes intentaron mostrar más intensidad y lucha. Sin embargo, la falta de efectividad seguía siendo un lastre. Francia, en su casa y con el apoyo de su afición, se mostró sólida y confiada, manteniendo su ventaja con goles de Foppa y Toublanc, quienes se convirtieron en pesadillas para la defensa española.
A pesar de que España logró reducir la diferencia en algunos momentos, la realidad es que nunca estuvieron realmente en condiciones de competir por el partido. La exclusión de Kanor en los últimos minutos permitió a las Guerreras acercarse un poco más, pero la falta de precisión en los lanzamientos y la incapacidad para aprovechar las oportunidades seguían pesando como una losa.
Un adiós agridulce en el South Paris Arena
El partido concluyó con un marcador final de 24-32, dejando a las Guerreras con un sabor agridulce. Este resultado significa que se despiden de los Juegos Olímpicos con un balance de cinco derrotas en cinco partidos, lo que representa una de las actuaciones más decepcionantes en la historia del balonmano femenino español en competiciones internacionales.
El pabellón South Paris Arena 6, que había sido testigo de grandes momentos del balonmano, se convirtió en el escenario de una despedida dolorosa para un equipo que había llegado con grandes expectativas. La afición, que había apoyado incondicionalmente a las Guerreras, se despidió con una mezcla de tristeza y esperanza, confiando en que este no sea el final, sino un nuevo comienzo para el balonmano femenino en España.
Reflexiones sobre el futuro del balonmano femenino español
La actuación de la selección española en estos Juegos Olímpicos debe ser un punto de inflexión. Es crucial que la federación y el cuerpo técnico analicen en profundidad las razones detrás de este desempeño y trabajen en un plan de acción para el futuro. La inversión en formación y desarrollo de nuevas jugadoras, así como la mejora de la preparación física y táctica, son aspectos que no se pueden pasar por alto.
El balonmano femenino español tiene un gran potencial, y es fundamental que se trabaje en fortalecer las bases para que, en futuras competiciones, las Guerreras puedan volver a brillar y competir al más alto nivel. La afición merece un equipo que luche en cada partido y que represente con orgullo los colores de España en el ámbito internacional.
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