Desafío

Reducción de camas y falta de personal: riesgos para calidad asistencial

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Reducción de camas hospitalarias en verano: ¿una medida necesaria o un riesgo para la población?

Ante la llegada del verano, los hospitales de España se preparan para cerrar más de 10.463 camas, una práctica habitual que genera controversia año tras año. A pesar de que las autoridades sanitarias argumentan que esta medida es necesaria para adaptarse a la menor demanda asistencial durante los meses estivales, el Sindicato de Enfermería, Satse, denuncia las dificultades para obtener información transparente sobre este cierre programado.

En diferentes comunidades autónomas como Andalucía, Cataluña, Comunidad Valenciana, País Vasco, Galicia, Extremadura, Aragón, Castilla y León, Asturias, Murcia, Castilla-La Mancha, Islas Baleares, Navarra, Canarias, La Rioja y Cantabria se verá afectada la disponibilidad de camas hospitalarias, lo que podría repercutir en la atención a los pacientes. La falta de sustitución del personal durante las vacaciones y bajas por enfermedad también preocupa al sindicato, ya que la sobrecarga laboral para las enfermeras se incrementa significativamente.

El impacto de la reducción de camas y la falta de sustitución de personal en la calidad asistencial es evidente, con porcentajes de sustitución que llegan hasta el 40-50% en algunas comunidades autónomas. Esta situación no solo afecta a la atención a los pacientes, sino también a la salud de los profesionales sanitarios, que se ven obligados a asumir una mayor carga de trabajo sin los recursos necesarios.

Ante esta realidad, Satse advierte que los datos de sustitución del personal pueden estar distorsionados por el cierre de camas y servicios, lo que dificulta evaluar el impacto real en la atención sanitaria. La falta de transparencia en la planificación de recursos durante el verano pone en entredicho la eficacia de estas medidas y sus consecuencias en la población.

En un contexto marcado por la pandemia de COVID-19, la reducción de camas hospitalarias y la falta de personal sustituto plantean un desafío adicional para un sistema sanitario ya sobrecargado. La necesidad de garantizar una atención de calidad durante todo el año se ve comprometida por decisiones que podrían poner en riesgo la salud de la población en un momento crítico.

Ante esta situación, es fundamental que las autoridades sanitarias reevalúen sus políticas de cierre de camas y de sustitución de personal, priorizando la seguridad y el bienestar de los pacientes y de los profesionales de la salud. La transparencia en la planificación de recursos y una adecuada cobertura durante los meses de verano son clave para garantizar una atención sanitaria óptima y evitar posibles riesgos para la población.


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