Natalia Litvinova triunfa en el II Premio Lumen con 'Luciérnaga', novela impactante

Natalia Litvinova, la nueva voz literaria que conquista el Premio Lumen

Una nueva estrella literaria ha surgido en el panorama internacional con el galardón del II Premio Lumen de novela. Natalia Litvinova, escritora bielorrusa afincada en Buenos Aires, ha sido la merecida ganadora de este prestigioso premio, dotado con 30.000 euros y la publicación en todo el territorio de habla hispana, por su obra 'Luciérnaga'.

El camino hacia el reconocimiento no ha sido sencillo para Litvinova, cuya novela fue presentada inicialmente bajo el título 'La niña de los brazos de acero' y el seudónimo de Darina. Sin embargo, el jurado, integrado por reconocidas figuras del ámbito literario como Ángeles GonzálezSinde, Luna Miguel y Clara Obligado, junto a Lola Larumbe y María Fasce, ha destacado la calidad y originalidad de su propuesta, declarándola ganadora por unanimidad.

La obra de Litvinova ha logrado cautivar a los lectores y críticos por su voz deslumbrante y conmovedora, que combina la sencillez con la profundidad. En palabras del jurado, la autora se inscribe en la tradición de la mejor literatura rusa, transitando con maestría entre el realismo y lo mítico, y empleando el humor y la ironía para narrar una historia única y envolvente.

En 'Luciérnaga', la autora aborda temas universales como la guerra, la emigración y la vida en Bielorrusia, utilizando estos elementos como telón de fondo para explorar los recuerdos de una infancia marcada por el desastre de Chernóbil y la lucha de las mujeres por sobrevivir en un entorno adverso. El jurado ha destacado la novela como "luminosa y radiactiva", resaltando la originalidad y fuerza de la propuesta literaria de Litvinova.

A sus 36 años, Natalia Litvinova se encuentra en un momento crucial de su carrera literaria, tras haber regresado a casa de su madre en Buenos Aires, luego de poner fin a su relación de pareja. Este retorno desencadena un viaje emocional y físico hacia un pasado marcado por la dualidad de dos mundos: el caos, la pobreza y la miseria de Bielorrusia tras Chernóbil, y la esperanza y la búsqueda de un futuro mejor en Argentina, país de acogida de su familia en 1996.